La vieja prefiere dos pollas a sus nuevos juguetes
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Esta vieja rubia tuvo un pequeño accidente en la cocina y se le mojó la falda, y entonces su inocente sobrino intentó secarla con una toalla. En ese momento la madura se puso cachonda al notar que le estaba frotando su coño mojado, y sin decirle nada le bajó los pantalones para poder cogerle su enorme polla entre las manos.
Su atractiva hija era una alumna muy popular del instituto porque todos los tíos se la querían ligar, y aunque muchos lo intentaban la jovencita no se dejaba seducir fácilmente. Los chicos iban tan salidos que la vieja rubia se aprovechaba de la situación para ponerlos cachondos, y de vez en cuando alguno caía en la trampa y acababa follándose a cuatro patas a la pervertida madre.
Esta rubia madura no tenía ganas de hacer la comida y llamó por teléfono para encargar una pizza, y cuando llegó el repartidor le dio una propina y entró en casa. Pero entonces pensó que ese atractivo joven a lo mejor necesitaba dinero y estaba dispuesto a cualquier cosa, así que le ofreció más dinero hasta conseguir que ese estudiante le echase un polvo bestial allí mismo.
El jovencito quería consolar a su tía porque sabía que el novio la acababa de dejar plantada antes de la boda, y alquiló unas películas para hacerle una visita y verlas juntos en el sofá. Esa madura pelirroja agradeció mucho que viniera a verla porque estaba necesitada de compañía, pero nunca se hubiera imaginado que esa zorra tetona quisiera practicar sexo con su sobrino para superar el trauma sentimental.
Cuando el hijo de la vecina le pidió un poco de leche para prepararse el desayuno esa zorra tetona le hizo pasar a la cocina porque vio una oportunidad perfecta para seducirlo. Sólo tuvo que enseñarle las tetas y quitarse las bragas en la silla para que el jovencito cayera rendido a sus pies, y después de montarse encima de su enorme polla le dejó marchar como si no hubiera pasado nada.
Conocía a esta amiga de mi madre desde que era pequeño y ya casi formaba parte de mi familia, pero ahora estaba deprimida porque se había separado de su marido. Cuando fui a visitarla me di cuenta de que lo único que necesitaba esa madura era un poco de cariño, así que le quité la ropa con su permiso y la consolé metiéndole mi polla hasta el fondo de su coño.
La veterana cocinera del restaurante estaba cansada de pedirle a los jefes un ayudante para poder trabajar mejor, y por fin cumplieron sus deseos trayéndole un joven que salía de la escuela de cocina. Pero nunca habría pensado en que eso de estar sudando todos los días con un atractivo hombre iba a acabar en una tarde de sexo salvaje entre fogones y cuchillos.
La vieja niñera llevaba muchos años viniendo a esta casa para cuidar al hijo pequeño cuando los padres tenían que salir, pero ahora ya había cumplido la mayoría de edad y era todo un hombre. Por eso cuando un día la pilló masturbándose en el sofá no se extrañó de que le quisiera meter mano, y ya de paso con su experiencia le enseñó todos los secretos del sexo a ese novato.
La abuela había conocido al novio de su nieta en la última cena familiar, y suponía que debía estar muy salido porque ella todavía era virgen y no quería estrenarse todavía. Por eso un día consiguió quedarse a solas con él, y sentados juntos en el sofá a la vieja zorra no le costó mucho ponerlo cachondo hasta meterse su joven polla entre las piernas.